21 de septiembre de 2010
Deslumbrante entró por la puerta de la habitación, caminando con el vigor y la elegancia de un hombre joven y varonil.
Era delgado, pero con cuerpo perfecto y ejercitado.
La habitación no tenía más luz que la de unas velas, cinco como máximo, considero yo. Las cortinas eran de una seda vino-tinto que cubrían el resplandor que entraba por la ventana proveniente de la luna. Habían floreros, todos con rosas rojas y algunas marchitas.
La habitación estaba perfumada con las rosas, el aroma ya se entremezclaba con el olor de nuestros cuerpos.
Estaba sentada allí, en el extremo de la cama, contemplando la llama de una de las velas, mientras inhalaba el dulce y apasionante aroma de las flores.
Sentía como su cuerpo se acercaba a mí en el más espantoso silencio, casi imperceptible.
Tenía un aroma tan perfecto que hacía que la sed en mí despertara más y más.
Él veía en mi a una mujer joven y vulnerable, hermosa y perfecta, simplemente sola.
Quería tenerlo en mis brazos, acariciarlo y sentir su sangre en mis labios.
Jugué con él, me mostré como una mujer falta de cariño; le hablé tratando de impregnar mi voz con un tono de tristeza, mientras que lo seducía con un ir y venir de miradas intrigantes y provocadoras.
Me abrazó y pronunció un enredo de palabras que en realidad no me importaron; no soporté más, la sed de sangre me ganó esta vez; hice una maniobra ágil y rápida, me moví de tal manera que él quedó en mis brazos y mis labios en su cuello.
Él quedó sin aliento, creo que llegó a pensar que solo quería sexo con él, tomándome como una débil humana carente de afecto y realmente necesitada.
En ese momento comprendió que mi fuerza superaba la de él y simplemente con un suspiro vi caer una lágrima de sus ojos.
Suplicó de manera absurda, rogó que no le hiciera daño, que solo era un hombre que se dejó llevar por alguien sensual.
17 de agosto de 2010
Se escuchó el choque del insecto contra la pared, sobre la mesa estaba un recipiente con licor en su interior, a su lado, una copa esperaba que fuera usada mientras en el cuarto del lado se escuchaba el sonido de una conversación de dos. La luz estaba tenue como siempre, sus rayos llegaban hasta la puerta de mi habitación y apenas alcanzaban a entrar por la puerta de donde salía el peculiar sonido del dialogo; pensaba en un sin fin de cosas.
Mis ojos se desviaron con dirección a la ventana, busqué la luna, pero no la encontraba, Pensé por fin de nuevo en él, en su silueta fina y delgada, la última vez que nos vimos; su sonrisa se plasmaba de nuevo en mi recuerdo cuando pronunciaba un montón de incoherencias como para hacer más cálido el momento y la conversación.
Aquel día nos encontrábamos sentados en unas escalas... Él mantenía un constante ir y venir, no se hallaba en un solo sitio, al parecer debía estar cambiando de posición o podía tener nervios, no sé cómo definirlo en este momento. Era de noche, pasadas las 8, la única luz que llegaba a mi era la de una lámpara de esas que hay en la calle para iluminar el camino a los transeúntes; las escalas daban paso a dos apartamentos en un segundo piso, las paredes que las encerraban eran contiguas a dos casas, la de él y la de alguna otra familia. En el interior de la casa solo estaba su madre en una habitación, de la cual solo se escuchaba el ruido de un televisor encendido.
Sentada allí, a mi alrededor no había mucho por describir, delante de mi estaba un muro, el de una biblioteca; se escuchaba el ruidito de un grillo... - es confortable si lo detallas de una manera singular-, se veían insectos diminutos volar cerca de nuestros cuerpos, mientras en el piso habían pétalos de flores blancas tirados por alguien o de alguna planta cercana. Hablábamos y reíamos; varios temas pasaron por nuestras conversaciones, amoríos, amistades, educación y hasta recuerdos...
Recuerdos... Si, recuerdos... Una mañana de Agosto la recuerdo muy bien. Él aún estudiaba y era una fecha célebre en el plantel educativo; nos sentamos en una banca y hablábamos, no recuerdo de qué, pero manteníamos una conversación amena. Se acercaba el medio día y en el rostro de cada estudiante se podía percibir el afán que tenían por salir a las calles para coger directo a sus hogares, pues era una jornada pesada y no muy agradable para muchos. El tiempo para mí pasó como si nada, cada hora era como el transcurrir de unos pocos minutos... Era mi momento, lo disfrutaba y trataba de que no acabase nunca.
Reaccioné, desperté de ese mundo abstracto de donde me encontraba. Fue el teléfono, una llamada poco agradable para mi parecer... Un idiota interrumpiendo algo importante. Se acercaba la media noche y apenas se escuchaban los ruidos de la casa, pues los vecinos poca bulla hacían y se calificaba este barrio como uno de los más calmados de la zona.
De nuevo empecé, de manera instantánea, a pensar; primero en la madrugada del día siguiente, pues tenía mi primer día de clase y no es agradable conocer nuevas personas en un sitio donde no ocupas un lugar, más cuando para la gente ajena te cataloga como un espectro raro en un espacio donde solo ellos tienen lugar. El tiempo pasaba, no sentía ni la más mínima presencia de sueño, pero si el miedo y la maluquera de madrugar al día siguiente y despertar con ganas de dormir más.
Sentí piquiña en un brazo, de manera instantánea, casi mecánica tuve que rascarme con la otra mano, agaché la mirada para ver que era y solo se trataba de un cabello que se me había caído. Mi madre y la gente de mayor edad siempre dicen que la caída del cabello es debida al estrés que las personas manejan... Estrés ¿por qué estaría yo estresada? ...
Tenía mil y mil cosas en la cabeza... mil y a la vez nada, pensaba en el pasado, en mi futuro, en mis errores y hasta en mi familia.
El sueño por fin llegó a mí, deje de recordar y apagué la luz que iluminaba el cuarto donde estaba y caminé en dirección a mi habitación, entre y cerré la puerta para cambiarme de ropa y estar a solas con mi yo. Sentí un olor extraño y de una comprendí que alguien había cambiado mis cosas de lugar, las rosas no estaban como yo las tenía, mucho menos mis libros y recordatorios... Todo estaba patas-arriba desde mi punto de vista, pues mi orden era mi desorden.
Me acosté, la noche estaba cálida y silenciosa; en mi mesa de noche estaba el ramo de rosas secas que tanto me gustaba, su presencia perfumaba toda la habitación de manera constante. Era un olor sabroso, donde si cierras los ojos a tu mente llegan recuerdos o fantasías, donde el amor para ti es algo de lo más bello y el odio apenas tiene lugar en tu vocabulario. Al lado del ramo estaban las cosas de aseo... mi perfume, tenía un olor tan raro que aún lo recuerdo, pero he aquí el lío del asunto; era algo tan exquisito que el vocabulario no alcanza para describir lo fabulosa que era esa fragancia. Al lado derecho de la cama estaba la mesita con los libros... la observé un instante con la luz que entraba por la ventana proveniente de la luna.... La luna... ¡qué satélite! El objetivo de los enamorados.
Abathwa
14 de junio de 2010
AMIGO
Mientras las agujas apuntan las doce... mi rostro hacia el firmamento, mirando con firmeza hasta que la luna de un toque de resplandor y belleza, espera tu beso con ansias.
Hoy deseo ser quien llene de pasión y locura tu ser, mientras la luna nos acompaña desde lo alto.
El vino tinto acompañando la velada, hace de los dos un pozo de palabras y emociones encontradas...
El beso en la mejilla es más que suficiente, pues sos mi amigo y fiel confidente; no hay necesidad de más, porque somos dos almas que vagan en la noche en busca de algo que jamás encuentran ni encontrarán.
Hoy necesito de ti, de tu abrazo y tu compañía, pues sos vos quien me acompaña desde lo lejos en los momentos que siempre lo necesito.
Amigo mío, eso sos y así quedaremos, pues aunque más que almas gemelas, así nos vemos... Amigo...
Hoy quiero ser quien te acompañe en tu fina, triste y amarga soledad, para que así la espera de ambos sea mas acogedora y por qué no, divertida también.
Querido poeta... hoy pensando en las nubes y el firmamento escribo esto para vos, porque es la verdad, porque no se que mas decir y porque espero ser tu amiga a pesar de los infortunios y las tormentas venideras...
8 de junio de 2010
ANHELO
Hoy en ella despertaron sin fin de emociones...
... En él, la sed de sangre crecía más y más, mientras ella se acercaba cada noche a su recóndita habitación.
Las noches con suave brisa y con el viento despeinando los cabellos, hacían de estos dos un pozo de poesía marchita y enamoradiza...
Las pasiones son protagonistas en las noches de luna llena.
Él tenía una cabellera negra y larga, sedosa como la de nadie, seductora como la de pocos...
Ella... Con la piel blanca como la nieve, soñaba con ver de nuevo la sangre en su cuello...
Muchos soñaron con ver y sentir la presencia de un ser de la noche... El estupendo inmortal vampiro.
Ella, simple mortal... Desea ser quien vea el vampiro... Cautelosamente se acerca... por instinto, cada noche logra acercarse más y más a aquel ser sensual sin saber exactamente lo que hace... Lo ve en sueños... Vive por él... Por una fantasía que quiere hacer realidad...
Los brazos de él rodeando su cuerpo, mientras sus colmillos perforan aquella piel blanca y pura... convirtiendo un simple sueño en el más real, apasionante y doloroso acontecimiento....
6 de junio de 2010
DISTRACCIÓN
La luz del sol por la ventanilla entrando a tropezones mientras el auto aceleraba más y más a razón de dos kilómetros por hora.
El cielo azul y pocas nubes blancas alcancé a ver en ese instante.
Empecé a soñar, cinco minutos de distracción; un obstáculo, mis ojos se abrieron al instante, pero no era nada, solo una piedra de la carretera.
Observé, de nuevo el verde ante mis ojos...
El cielo era distinto, ya se asomaban nubes grises, nubes de fina y triste tormenta.
Tormenta afuera y adentro... Dentro de mi... Mente y corazón en guerra.
Distracción... El verde de las hojas y las gotas de lluvia por las ventanas.
Distracción... Verde, árboles... Carretera...
3 de junio de 2010
PARA SARA DANIELA - MEJOR AMIGA
Niña Blanca y de personalidad tierna
Amorosa eres…. Fría te muestras…
Noches de lluvia en recuerdos de ambas, risas, charlas, lágrimas y palabras.
Oh niña de piel nívea y transparente ¿cuánto has confiado ya?
Para ti ¿qué es la confianza?
Lo que hay entre vos y yo, es confianza querida amiga mía.
Eres única mi niña tímida y cariñosa…
Amiga mía de silueta definida, Mona o peli amarilla como sueles llamarte… Eres alguien que vale mucho, eres puro corazón y sonrisa.
Y ellos…
¿Quiénes se creen ellos?
Simplemente los galanes de pueblo.
Já! Ilusos… ¿Niños serán?
Lo sabes, ellos no piensan, sólo actúan y viven de momento. Simplemente sigue siendo tú, la niña de piel cálida y corazón de piedra con cerrojo de oro y única llave.
Juguetico te creen, pero no lo eres…
Te adoro mona, niña de bellos ojos azules…
UN MOMENTO DE NOCHE
Recuerdos... Memorias... Noches sin más.
Noche de encantos y pasiones.
Tu cuerpo junto al mío dando origen a un calor.
Tu silueta, tu figura... Delgado como nadie... Cálido como la noche de verano.
Cuerpo a cuerpo, beso tras beso...
Una sinfonía de dos. Dos cuerpos y una sola pasión.
Tus labios cerca de mi rostro con una sonrisa única y sincera... Aliento de menta con la respiración agitada... Miradas, caricias, besos... ¡Oh qué momento!
Dos niños y una nueva experiencia... Un concepto de amor quién sabe si erróneo o no.
2 de junio de 2010
ALGO POR DECIR
Sueños incontables, pero mascaras bien talladas.
Una flor ya marchita sobre el escritorio donde ella escribía sus versos.
¿Dónde quedó la confianza que se profesaba?
Usada como un juguete, así termino ella...
Mirada como un objeto, así terminó ella...
Solo las miradas expresaban lo que realmente sentía,
palabras escritas que formaban una fachada,
palabras escritas que eran vistas como verdades nunca reveladas.
Disfraces y sonrisas, risa tras risa,
verdad tras verdad vistas como una comedia mal preparada.
¡Oh mujer! date al olvido...
¡Oh bella princesa vive y sonríe de nuevo!
ÉL
Ella lo queria, ella lo admiraba... A ella le gustaba...
No era el típico hombre de cuerpo musculoso y fina cara de modelo... simplemente era él...
Con su fina silueta delgada, cabello largo y calida sonrisa le quitaba el aliento, la hacía feliz.
En ella habitaban miedos comunes e ilógicos pero a su vez aceptables...
El miedo a que la lastimen y la rebajen a un simple objeto de monotonía desvalorizada le causaba inseguridad al dar un paso hacia adelante...
Quiere confiar, dejar la monotonía...
Quiere poder ser ella sin amarres ni ataduras...
Quiere ser ella en la mañana, en la tarde y en el pleno crepúsculo vespertino...
Pasaba y pasaba el tiempo...
Un segundo igualado a un siglo de sin fin de acontecimientos y pensamientos ...
"¿Príncipe dónde estás?" preguntaba con frecuencia...
SUEÑO
PARA ÉL EN SU MOMENTO
Ser feliz... Verte
¿Cuál es la diferencia?
Aprendizajes obtenidos mediante momentos dedicados, apasionados y anhelados...
Fantasías y sueños incontables, palabras finales...
Caricias... Besos... ¡Oh qué bellos recuerdos!
Caballero de mis sueños, eres real, lo sé...
No eres precisamente un sueño, pero eres como salido de él...
¡Ohh ambrosía! Mi manjar de dioses... Cuanto añoro ser una máquina del tiempo...
¡Amore Mío!
¿Qué necesito para llegar a tí?
Caballero silencioso, reservado... Eres lo que necesito... ¡Eres la perfección hecha persona!
¿Una simple mortal como yo qué posibilidades tiene para conseguir tan maravilloso sueño?
¡Eres lo que eres y así te quiero!
MOMENTOS NOCTURNOS
Escondiéndote detrás de los arbustos, así te veía,
tu rostro mostraba una leve máscara de terror...
Bajo susurros de tus labios salían palabras, versos... Poesía.
Yo caminaba bajo la luz de la luna,
en medio del busque ahí estabas...
Compartimos miradas ¡Oh qué lindo lenguaje!
Sin pronunciar palabra alguna nos conocimos de verdad.
Vi caer, en mis sueños, una lágrima de tu rostro.
Escuché, en mis sueños, el llanto de un caballero petulante.
Sentí, en mis sueños, el abrazo que me protegía.
Un beso me regalaste... Una sonrisa compartiste conmigo... Una mirada que nos une, pero un miedo que nos separa.
¡Oh Caballero!
Os doy la oportunidad de que compartais conmigo esta noche...
Un beso... Una copa de vino... El aroma de una bella rosa roja.